La historia de la literatura está llena de autores que se formaron a sí mismos. Martín Ugalde es uno de ellos. A los varios oficios con los tuvo que empezar a ganarse la vida habría que añadir el trauma de la guerra 1936-37, que en su caso supuso persecución, huída, exilio y desintegración del núcleo familiar. Transterrado, Ugalde es también un transculturizado. Pero lejos de refugiarse en la nostalgia o en el negocio americano, aquel joven vasco trataría no sólo de adaptase al nuevo medio, sino de adoptarlo como patria. Venezuela, refugio de emigrantes de todo tipo, le ofrece una realidad múltiple que se propone asimilar. Vendedor, representante, reportero... poco a poco, Martin Ugalde va conociendo el país y las gentes, su condición y sus hablas. A través de magistrales reportajes publica la dura realidad que habita en torno a los rascacielos caraqueños, y a través de la escritura va formándose, al mismo tiempo, su venezolanidad. Si su trabajo periodístico es una inmejorable formación para el relato, su condición de euskaldun alejado de su tierra y de su lengua lo hace ser extremadamente sensible a los giros y expresiones propiamente venezolanas: cuando en 1955 se estrena de escritor con su cuento Un real de sueño sobre un andamio, Martin Ugalde es ya un autor plenamente latinoamericano. Porque escribe en y desde lo venezolano.
La historia de la literatura está llena de autores que adoptaron otra lengua distinta de la propia para desarrollar su obra, pero son muy pocos los casos en que el autor ha vuelto sobre su lengua nacional. Martín Ugalde es uno de esos extraños fenómenos que se han hecho a sí mismos dos veces.
Arraigado, establecido, con una obra premiada y reconocida en la historia de la literatura venezolana, Martín Ugalde, vasco inquieto y comprometido, decide volver a Euskal Herria. Son varias las razones de este retorno: los hijos, el trabajo político... y también un sentido del compromiso como totalidad, porque no entiende que su actividad política no incluya su auto-rescate cultural. Ugalde era un escritor en plena madurez cuando vuelve en los años setenta, decidido a aportar a su país precisamente eso, su oficio de periodista, su talento de escritor, conseguidos en lucha contra la imposición. Así es como Martín Ugalde empezó a construir su nuevo idioma literario, en medio de fuertes polémicas y anatemas sobre el euskara batua y sobre los aires renovadores que corrían sobre el panorama cultural vasco: periodista, cuentista, novelista, ejemplo de compromiso, modelo de escritor profesional, maestro del relato breve vasco y latinoamericano, Martín Ugalde es referencia mayor de la actual literatura vasca.
Martin Ugalde nació en Andoain (Gipuzkoa) en 1921, localidad de la que es hijo predilecto. Es también miembro de honor de la Academia de la Lengua Vasca y doctor Honoris Causa de la EHU-UPV.
Koldo Izagirre